“LA MARINA”, un lugar donde la historia tenia mucho para contar; un lugar simple donde cada parroquiano o extranjero contaban historias y proezas.
Hace muchos años, 58 ya, unos asturianos vinieron a trabajar, a esta tierra hermosa a la que no se cansan de ponderar.
Dieciocho años de duro batallar, entre buques, carros y tranvías que llenaban de vida a esta ciudad portuaria como la mejor del mundo, entre changarines y marinos de otro hablar.
Estos asturianos gauchos se enamoraron de este lugar y sin dudarlo formaron aquí su hogar.
Eran épocas duras, donde un apretón de manos y una palabra, valían más que un papel a firmar.
Un día “La Marina” tuvo que cerrar, un gran edifico exigía ese solar.
Así Don Ángel y Don José, su hermano mayor, decidieron cada uno buscar un nuevo camino.
Don Ángel, no quiso alejarse de sus amigos, sus vecinos, sus clientes; no quiso dejar de ver éste hermoso parque y su gran Monumento a la Bandera, la bandera que lo cobijó y respeto como emigrante asturiano y sin pedirle nada a cambio.
En 1970 Don Ángel traslada a su “Marina” querida, y busca ayuda en otro hermano, Don Manuel, quienes juntos fundaron “LA MARINA” restaurante y bar.
Todo seguía siendo a pulmón, sus esposas e hijos, no interesaba la edad, tenían que trabajar duro para hacerla funcionar.
Y así fue, año a año fue creciendo, y los mayores desgastándose, dejando su salud aquí.
Hoy, junio del 2009, cumplido 39 años ya, nuestros padres nos legan el compromiso de seguir con su sueño que con mucho orgullo hemos aceptado.
Esta nueva generación esta dispuesta a no defraudarlos porque tenemos su escuela que esta fundada en el respeto, la humildad y el tesón al trabajo.
Por eso les agradecemos a nuestros clientes, amigos y vecinos vuestra fidelidad, siempre estaremos agradecidos porque sin Uds. “La Marina” no existiría ya.
Esperamos que éste lugar siga siendo como la casa de Uds., donde se sigan sintiendo en familia por su sencillez, buen trato y respeto.
Gracias a todos por seguir eligiéndonos.

HIJOS DE VIÑES HNOS.
2009